Las voces, un film lleno de emociones, visceral, crudo en algunos aspectos y con una carga psicológica que hace lo que muy pocas películas logran en el espectador: Conmover. Podría parecer un drama de película, pero sin lugar a dudas es una excelente comedia con sus claroscuros en donde el miedo y la incertidumbre son el común denominador de esta historia.
La historia la encabeza el personaje de Jerry, empleado de una fábrica de accesorios para baños, un trabajo de poco estímulo pero que, a pesar de ello, le hace sentir satisfecho. La interacción de Jerry con sus compañeros es un poco fuera de lo común, ellos lo ven como un inadaptado y, con frecuencia, las burlas y bromas de sus compañeros no se hacen esperar, Jerry siente atracción por una de sus compañeras y pronto sucederá un acontecimiento en donde su verdadera personalidad dejará sorprendidos a todos.
Jerry es un personaje que podríamos decir sufre de una enfermedad mental, un enfermedad que no lo hace común entre todas las demás personas, inclusive parte de su rehabilitación es visitar cada semana a su psicólogo, en donde las mentiras ya rebasan lo franco que le piden en cada sesión que sea, pero eso no es todo, Jerry es acompañado por dos mascotas en su casa: su gato y su perro, personajes con los que habla y tiene una relación muy tóxica. En su mundo, Jerry sigue indicaciones de sus “amigos”, el perro que se caracteriza por su bondad y que siempre trata de orientarlo en positivo, todo lo contrario de su amigo el “gato”, personaje malvado y que hace el rol del demonio, lo peor que le pueda pasar a Jerry es gracias a este personaje, así, los altibajos de este hombre que carga un fuerte pasado y que sus crisis de escuchar “las voces” lo hacen experimentar sensaciones extrañas en su comportamiento y cosas fuera de los común.
De entrada, la historia pareciera que no tiene lógica alguna, sin embargo su directora Marjane Satrapi se aventura con un guión oscuro, pero que cambia de tonalidad de una manera tan natural. Digo, el hecho de ver que un gato y un perro hablan bien podría parecer patético, sin embargo son los personajes que junto con el actor Ryan Reynolds, logran llevar un ritmo ágil, entretenido y con matices de terror muy al estilo gore, no es nada fácil ver hablar cabezas de personas en la sala de tu casa, pues así de ese nivel esta historia.
Una historia de humor negro muy bien lograda, caracterizada por lo absurdo de sus escenas, momentos de intensidad en sus personajes, pero logra adentrar al espectador a ese mundo frio y único que nos pintan de las personas que pueden sufrir algún trastorno metal. Escenas fuertes, sí, muy duras en algunos casos pero que sin lugar a dudas se quedan en el referente de una comedia que busca hacer conciencia hacia estas personas, un mundo paralelo sin lugar a dudas lo que nos muestra este film. |